La Fórmula 1 siempre se codeó con el drama, la acción y la gloria. Muy pocas veces otorgó un lugar especial a quien no pudo ser su rey, pero siempre hay excepciones y entre ellas, está la historia de un hombre que se forjó un lugar en el sitial de los elegidos y aún hoy, a punto de cumplir 70 años de vida, sigue cosechando respeto y reconocimiento, donde quiera que vaya.
Aquel viejo refrán que dice: “dime con quien andas y te diré quien eres” bien se puede aplicar a un hombre con grandes pergaminos y que muchos, sin nada para mostrar, se atreven de criticarlo, a dudar de sus condiciones. A medida que uno recuerda su historia surgen nombres ilustres, que no hacen más que engrandecerlo.
Contar su historia o descubrir alguna otra, es casi imposible a esta altura. Pero siempre merece ser reconocido y más aún homenajeado.
En 2007, Emerson Fittipaldi visitó la ciudad de Buenos Aires y allí le preguntamos por Carlos Alberto Reutemann. El eximio piloto Brasil sonrió y dijo... “Lole, un gran escondedor, un gran piloto, de los mejores de su época”
Fittipaldi contó que la primera vez que supo de Reutemann, fue en una carrera de F2 en 1970, cuando los pilotos de Fórmula 1 también corrían en esa divisional. En Hockenheim, el argentino largó de manera extraordinaria, pero en su afan de ir por más, en la curva uno armó una carambola llevándose consigo a Jochen Rindt, por aquel entonces uno de los volantes más reconocidos del mundo...
Reutemann, nació el 12 de abril de 1942 y motivado por la campaña de Juan Manuel Fangio, el 30 de mayo de 1965 se lanzó a competir en autos de turismo, ganando tres campeonatos nacionales. Luego, en 1969 conquistó el campeonato de F2, hecho que le generó la posibilidad de emigrar a Europa.
Luego de aquel incidente con Rind, campeón post mortem de F1 en 1970 al que hizo referencia Fittipaldi, Lole disputó la temporada completa en F2 y fue subcampeón del sueco Ronnie Petterson.
Sus actuaciones llamaron la atención de Bernard Ecclestone, quien lo invitó a subir a un Brabham F1, para formar equipo con Graham Hill, ya en ese entonces bicampeón de la máxima.
Reutemann debutó en el GP de Argentina, el 23 de enero de 1972 y lo hizo marcando la pole position, en un hecho pocas veces visto. Solo Giuseppe Farina (1950 - 1er Gran Premio de la historia) Mario Andretti (1968) y Jacques Villeneuve (1996) consiguieron ese galardón.
Lole acabó 7mo aquella carrera y allí comenzó a construir una campaña, basada en su técnica, en su enorme sensibilidad para la puesta a punto y el manejo rápido y pulido, caractarísticas que lo hicieron mezclarse con los grandes de su época y de todos los tiempos.
Su primer podio llegó con un 3er lugar, en el GP de Francia, disputado el 1 de julio de 1973 en Paul Ricard, clasificando detrás de Ronnie Peterson y Francois Cevert.
El 13 de enero de 1974, en Buenos Aires, Reutemann dominó el Gran Premio de su país, liderando durante 49 de las 53 vueltas programadas. Una avería con la toma de aire y un mayor consumo de combustible, hicieron trizas el sueño de ganar, a poco del final. Hulme, quien solo comandó la carrera en las dos vueltas finales, fue quien se llevó aquel triunfo que no pudo ser para el piloto local.
Siempre con Brabham, Reutemann tuvo su bautismo triunfal en el GP de Sudáfrica, el 30 de marzo de 1974, en el circuito de Kyalami, con Jean Pierre Beltoise y Mike Hailwood, junto a él en el podio.
Carlos volvió a repetir victoria el 18 de agosto de 1974, en el GP de Austria, con Denny Hulme y James Hunt detrás. El 6 de octubre de 1974, en Watkins Glenn, Lole conquistó una nueva victoria, con el brasileño Carlos Pace y James Hunt en el podio.
Su cuarto triunfo llegó en 1975, en el endiablado trazado de Nürburgrin, con 14 vueltas de 22,835 km cada una de ellas. En una carrera de antología, Reutemann logró vencer con el Brabham, por sobre Jacques Laffite y Niki Lauda, el gran derrotado en aquella fusta. Aquel, fue el único triunfo para el santafesino en esa temporada, pero quedó en el recuerdo por siempre.
En 1976 tuvo buenas actuaciones, pero las victorias no llegaron. Fueron varias las razones que llevaron a Reutemann a moverse para el año siguiente, recalando en Ferrari. Luego de hacer podio en Argentina con un tercer lugar, Lole ganó en Brasil, el 23 de enero, dejando atrás a James Hunt y Niki Lauda, siendo esa la única victoria para él en 1977.
En 1978 otra vez se quedó con las ganas en Argentina, pero celebró nuevamente en Brasil, el 29 de enero, adelantando a Emerson Fittipaldi y a Niki Lauda.
El 2 de abril, Lole volvió a vencer en Fórmula 1, ganando en Long Beach, con Mario Andretti y Patrick Depailler como escoltas. Mas tarde, el 17 de julio de 1978, se impuso por 8va vez en la máxima, en el GP de Gran Bretaña, en Brands Hatch, con Lauda y John Watson detrás. El 1 de octubre de aquel año, Reutemann tuvo un nuevo festejo, al triunfar una vez más en el circuito de Watkins Glenn, cercano a Nueva York. Alan Jones y Jody Sheckter fueron quienes clasificaron detrás del piloto santafesino.
Para 1979, Lole pasó a Lotus y si bien alcanzó varios podios, no pudo vencer. Así fue que para 1980 había recalado a Williams y tras varias carreras complicadas, volvió a cantar victoria, esta vez en las calles de Mónaco, el 18 de mayo, triunfando sobre Laffitte y Nelson Piquet.
El 7 de febrero de 1981, Lole se impuso en Sudáfrica pero aquella competencia no fue válida para el Campeonato del Mundo, por lo que al final de aquel ejercicio, la historia pudo haber cambiado, aunque lo que quedó en los libros es que Reutemann terminó como Subcampeón de Piquet.
Luego del fiasco de Kylami, Argentina otra vez vio a Reutemann en el podio, pero no en la parte central. Sin embargo, el 29 de marzo, en Jacarepagua, Reutemann escribiría otro de los capítulos de antología, ganando bajo una lluvia torrencial, desobedeciendo la orden que le impartió el propio Williams para que le ceda el paso a su compañero, el australiano Alan Jones.
Después de aquella controvertida carrera, Reutemann ganó por última vez en Zolder, Bélgica, el 17 de mayo de 1981. Su último triunfo estuvo cargado de dramatismo, en uno de los fines de semana más confusos de toda la historia, con muchas polémicas institucionales y varios accidentes bizarros. El más grave ocurrió el viernes, en el desarrollo de la actividad previa, cuando un mecánico del equipo Osella, llamado Giovanni Amadeo, fue atropellado por el Williams de Lole, provocándole la muerte en medio del caos que era quel pitlane.
La última victoria de Reutemann en Fórmula 1 no pudo ser mas amarga. Lejos de celebrar en el podio junto a Laffite y Nigel Mansell, Lole se marchó rápidamente del circuito para ofrecer personalmente, las condolencias a los padres de Giovanni.
Aquel mismo año, Reutemann vio como se esfumó en Las Vegas, su posibilidad de ser Campeón del Mundo al comando de un auto poco competitivo, con el que poco pudo hacer para defenderse en pista, aunque cuando pudo, lo hizo con un temple y una caballerosidad digna de admiración.
Finalizada la temporada anunció su alejamiento, pero lo convencieron de seguir y en 1982 arrancó con una gran carrera, avanzando en Kyalami, desde el 8vo al 2do lugar, por detrás de Alain Prost y René Arnoux. Finalmente y sopresivamente, o no tanto, el 21 de marzo disputó en el Jacarepagua de Brasil, su última competencia en Fórmula 1, donde clasificó 6to y abandonó por problemas en la caja de cambios de su Williams-Ford.
Su campaña en la Fórmula 1 señala la participación en 146 Grandes Premios, con 12 triunfos, 6 Poles, 6 Vueltas Rápidas y 45 Podios. Todo esto lo logró en 11 temporadas, compartiendo estructura con 13 compañeros, entre los que destacan: Graham Hill, Carlos Pace, Rolf Stommelen, Niki Lauda, Clay Regazzoni, Gilles Villeneuve, Mario Andretti, Alan Jones y Keke Rosberg.
Reutemann corrió para 4 grandes escuderías; disputando 66 carreras con Brabham, 34 con Ferrari, 31 con Williams y 15 con Lotus.
Nunca pudo ganar en Argentina, aunque estuvo cerca, pero se quedó con la gloria en trazados emblemáticos como el viejo “infierno verde” de Nürburgring y el principado de Montecarlo.
Mostrando su enorme versatilidad, Reutemann también se dio el gusto de acelerar los bestiales autos del Rally Mundial y culminó 3ro en las ediciones de 1980 y 1985, en el Rally de la República Argentina.
Alejado del automovilísmo, al menos públicamente, Reutemann fue Gobernador de la Provincia de Santa Fe en dos oportunidades, ejerciendo posteriormente otras funciones dentro de la política nacional. También se dio el gusto de girar sobre una Ferrari de F1 en varias oportunidades, aunque la que más se recuerda fue en el GP de Argentina, en 1995, bajo una lluvia torrencial.
Su campaña en la Fórmula 1 es inolvidable y a medida que pasa el tiempo, Argentina lo valora más y más. Es que junto a Fangio y Froilán González, Reutemann fue el último argentino en representar en gran forma a nuestro país.
Salud Carlos Reutemann, Salud a uno de los más grandes exponentes del automovilismo nacional e internacional.
Esta nota representa solo una pequeña reseña sobre la campaña de Reutemann. A través de tus comentarios, te invito a que sumes datos, recuerdos y todo lo que te genera alguien como él.
@damonf1
Pasa el tiempo y Carlos Reutemann cada vez es más Grande
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